Establecer un fideicomiso es una excelente manera de proteger sus activos y garantizar que sus seres queridos estén bien cuidados después de su fallecimiento. Sin embargo, la creación de un fideicomiso tiene algunos inconvenientes que debe tener en cuenta antes de tomar la decisión. Una de las desventajas de un fideicomiso es el papeleo adicional. Para que un fideicomiso en activo sea efectivo, debe transferirse la propiedad de todos los activos del fideicomiso a usted como fideicomisario.
Esto significa que si un activo tiene un título (como bienes inmuebles, acciones o fondos mutuos), debe cambiar el título para demostrar que la propiedad ahora es propiedad del fideicomiso. Por ejemplo, si quiere poner su casa en el fideicomiso, debe preparar y firmar una nueva escritura para transferirse la propiedad como fideicomisario. Además, la creación de un fideicomiso en activo requiere algunos trámites. Debe crear e imprimir un documento de fideicomiso, que debe firmarse ante notario público.
En la mayoría de los estados, la transferencia de bienes inmuebles a un fideicomiso en activo revocable está exenta del pago de impuestos de transferencia. Sin embargo, en algunos estados, la transferencia de bienes inmuebles a un fideicomiso en activo podría resultar en un impuesto. Los principales inconvenientes asociados a los fideicomisos son su percepción de irrevocabilidad, la pérdida de control sobre los activos depositados en el fideicomiso y sus costos. Sin embargo, estos inconvenientes suelen verse superados por las ventajas de tener un fideicomiso en activo.
Un fideicomiso en activo puede reducir o evitar las reclamaciones contra su patrimonio, y puede ayudarle a evitar los costos y demoras de la corte sucesoria. En general, los beneficios de establecer un fideicomiso superan con creces cualquier posible inconveniente. Es uno de los métodos mejores, más simples y más utilizados para evitar desastres financieros y transferir activos a sus seres queridos después de la muerte.